En la industria petroquímica la monoetanolamina es utilizada para eliminar los gases ácidos como el sulfuro de hidrógeno y el dióxido de carbono, que pueden generar corrosión en los equipos de las refinerías situados aguas abajo mediante un tratamiento de alcanolamina. Es utilizada en la fabricación de cosméticos (como intermediario), como purificador del gas natural ya que elimina de él el ácido sulfhídrico y el bióxido de carbono. Otras aplicaciones tienen lugar en la industria textil, farmacéutica, en la fabricación de emulsificantes, pulidores e inhibidores de corrosión.